El impacto del Coronavirus en la Salud mental de los Adultos mayores

Se puede generalizar que exigen dos grandes grupos de adultos mayores. Los que presentan funciones cognitivas normales y los que no. Ambos grupos tienen mayor riesgo de mortalidad al padecer COVID-19. Aunque los que presentan déficits intelectuales y especialmente los que padecen Enfermedad de Alzheimer, probablemente sean los más susceptibles. Esta última enfermedad,  corresponde aproximadamente a un setenta por ciento de personas de las que presentan un deterioro intelectual.

El grupo de adultos mayores normales puede ser, sin embargo, muy susceptible al impacto de la cuarentena y el distanciamiento social que implica. El aislamiento social puede desencadenar cuadros de confusión, aun en personas con cognición normal. Esto sería parecido al hospitalismo que sucede en muchos ancianos normales al internarse. Se produce por el cambio de lugar, modificaciones de rutinas, falta de luz, cambios de ritmos y la ausencia de estimulación social que padecen en esta situación.

Muchos de ellos debutan con esta confusión, para luego no revertir cognitivamente. Lo cual pone el alerta a los equipos especializados que  tratan pacientes ancianos, indicando que tengan internaciones lo más breves posibles.

El otro grupo de adultos mayores es el quienes padecen patología cognitivas. Que deberían estar acompañados, de antemano, aún antes de esta crisis. En esta situación coexisten dos pacientes, el enfermo “en sí” y el “cuidador,  generalmente sobrecargado.  Estando muchas veces al cuidado de un familiar que cambió su manera de ser y que además presenta trastornos conductuales,  intelectuales y de los ritmos de sueño; todos síntomas fluctuantes y difíciles.

Mucho más, si se piensa que la mayoría de los encargados de pacientes con trastornos cognitivos son también familiares adultos mayores.  Con claras dificultades en su calidad de vida, la cual se ve aún más alterada partir de la angustia e imprevisibilidad de esta crisis actual. Con las dificultades que genera la cuarentena; que dificulta el acceso a medicamentos, las consultas médicas, la presencia de profesionales de estimulación y de los ayudantes, que daban reposo a cuidador principal.

Además se le agregan cuestiones burocráticas, que dificultan procesos administrativos y acceso al dinero, considerando que en general esta población no presenta ni la experiencia previa,  ni la  plasticidad cognitiva para acceder a tecnologías relativamente novedosas y rápidamente cambiantes.

Los pacientes con trastornos cognitivos serán los que tengan mayor riesgo de vida ante el contagio del Covid-19, pues se le agregan problemáticas secundarias al virus. Tendrán mayor dificultad en obedecer órdenes de higiene, pueden padecer mayor problemas alimentarios, que debilitan su respuesta inmunológica y presentan problemas deglutorios que sensibilizan  aún más los problemas respiratorios.

De todos los trastornos cognitivos la Enfermedad de Alzheimer es la más frecuente, casi 500.000 personas lo padecen en la Argentina, comprometiendo al doble o triple de personas que son los cuidadores. Esta enfermedad es una problemática claramente senil, que se dispara a los sesenta (60) años y que a los ochenta (80) encuentra a más de la mitad de las personas de la población mundial afectadas.

En adultos mayores normales y más con Enfermedad de Alzheimer pueden existir confusiones secundarias a fiebre, a la falta oxígeno o probablemente al virus mismo. Por los cual cualquier cambio cognitivo en ancianos, debe llamar la atención y hacer consultar primeramente a su médico de cabecera o a su especialista. No se indica sin embargo, que se movilice al paciente a ningún Hospital, ante modificaciones cognitivas; excepto que su médico se lo indiqué o tenga síntomas concretos de una afección por coronavirus, como fiebre, tos y/o  falta de aire.

Se deben realizar los cuidados convencionales que indica el Ministerio de Salud de la Nación en forma general y para adultos mayores en cuanto el COVID-19. Varios grupos  internacionales y nacionales como la Asociación Americana de Alzheimer, la Sociedad Neurológica Argentina y la Asociación Alzheimer Argentina, entre otros, marcan pautas para cumplir con respecto a pacientes adultos mayores, especialmente con trastornos cognitivos. Se aconseja en general algunas de ellas relevantes:

  • El aumento de la confusión puede ser el primer síntoma de cualquier enfermedad. Si una persona adulta mayor tiene una confusión que aumenta rápidamente, comuníquese con su médico para que lo/a aconseje. A menos que la persona tenga  tos, dificultad  respiratoria y fiebre muy alta, se recomienda que llame a su médico en lugar de ir directamente a una sala de emergencias. Es posible que el médico pueda tratar a la persona sin una visita hospitalaria.
  • Las personas que viven con demencia  necesitan recordatorios adicionales o escritos y apoyo para recordar prácticas higiénicas importantes de un día para otro.
    • Considere colocar letreros en el baño y en otros lugares para recordar a las personas con demencia que se laven las manos con jabón durante 20 segundos.
    • Muéstrele y controle el lavado minucioso de las manos.
    • El desinfectante de manos a base de alcohol, con un 70% de alcohol, puede ser una alternativa rápida al lavado de manos si la persona con demencia no puede llegar al baño o no puede lavarse las manos fácilmente.
    • Pregúntele a su farmacéutico o médico acerca de cómo obtener recetas para una mayor cantidad de días para reducir los viajes a la farmacia.
  • Considere que el adulto mayor, especialmente con trastornos cognitivos, sea visitado por la menor cantidad de gente posible, incluso el personal que lo asiste. Limite a “cero” la visita de familiares, si es posible.
  • Mantener el contacto con la luz al mediodía, abrir las ventanas para tomar contacto con la luz solar por lo menos media hora día.
  • Asegúrese, en caso de no convivir, que tengan su información de contacto de emergencia y la información de otro familiar o amigo como respaldo.
  • Manténgase atento si el cuidador principal tiene síntomas de COVID-19
  • Mantenga la estimulación cognitiva o psicológica que tenía, igual que las rutinas. Mantenga el contacto con familiares por conferencia por internet, whatsapp o incluso con mails leídos.
  • Piense en el futuro y haga planes alternativos para  la atención y contención si un cuidador principal se enferma.
  • Asegúrese de controlarle la temperatura a cualquier persona antes que ingrese a su hogar. Cualquier persona con una temperatura superior a 38 C  no puede proporcionar cuidados.
  • Pregúntele al personal que lo asiste si estuvo expuesto con alguna persona que haya obtenido un resultado positivo en la prueba y de ser así, no le permita ingresar a su hogar.
  • Asegúrese que el  personal que lo ayude se lave las manos al llegar y que lo haga regularmente mientras esté en el hogar. Pídale al personal que use una mascarilla.
  • Mantenga relación permanente con su médico de cabecera, pero a distancia, para cumplir indicaciones de rutina y ante cualquier cambio clínico o cognitivo.

 

  • Tener presente que el ingreso de cualquier persona al hogar aumenta el riesgo de propagación del COVID-19, incluso si se siguen las pautas oficiales.

Hoy la población de adultos mayores, especialmente con trastornos cognitivos, es el grupo a cuidar. Se describe  más del diez por ciento de mortalidad por el Covid-19 en ancianos, de nosotros mucho depende, que los ayudemos a no morir.

 

Luis Ignacio Brusco
*Neurólogo y psiquiatra. Prof. Titular UBA. Conicet .
Director  Fund. Humanas.
@brusco_N